jueves, 9 de febrero de 2012

Movimiento de trabajadores por la nueva Ley del Trabajo


Por décadas el movimiento sindical revolucionario ha luchado por la conquista de una nueva ley del trabajo que dignifique al obrero. Está lucha se hizo más urgente a partir de 1997, cuando en el gobierno de Caldera, junto con FEDECÁMARAS y la moribunda CTV acordaron la reforma a la LOT y le quitaron la retroactividad a las prestaciones sociales. 
En aquellos tiempos, se nos dijo que esta reforma bajaba los costos de producción y por consiguiente aumentarían los salarios y las ofertas de empleo. No ha existido mayor mentira de los sectores capitalistas.
El movimiento sindical revolucionario y clasista de aquella época, minoritario por cierto, no tuvo la fuerza ni la organización para oponerse a este despojo de una de las reivindicaciones más importantes de los trabajadores. Es importante recordar que en esa reforma no hubo consulta y solo fue cocinada por el gobierno y FEDECÁMARAS con la complicidad de la CTV entregada a los intereses de los empresarios.
Por supuesto, luego de esta imposición, el movimiento sindical quedo más debilitado, desunido y sin rumbo programático en sus luchas.
Luego de la aprobación de la Constitución Bolivariana, aunque en ella se establece la reforma a la ley del trabajo y la restitución de la retroactividad de las prestaciones sociales, sin embargo, en los primeros años de la revolución el movimiento obrero continuaba desarticulado y fraccionado lo que impidió que la lucha por una nueva ley del trabajo se convirtiera en plataforma de todos los trabajadores.
Afortunadamente, luego de superado las divisiones y los intereses particulares de tendencias políticas en el movimiento sindical revolucionario, se logra la organización de la Central Bolivariana Socialista de Trabajadores del Campo, la Ciudad y la Pesca de Venezuela, hecho alcanzado el pasado 10 de noviembre del 2011.
El planteamiento inmediato de la nueva organización sindical fue, solicitar al Presidente Chávez la promulgación de una nueva ley del trabajo para profundizar la transición al Socialismo. 
Desde entonces, el movimiento revolucionario de trabajadores ha recogido firmas para apoyar este petitorio y viene impulsando el debate sobre los contenidos de la nueva ley que las bases proponen. La Comisión Presidencial y la Central Socialista son las impulsoras de las etapas de consulta que permita recoger los principales temas que deba contener el nuevo instrumento jurídico.
Pero la consulta no arranca de cero, por casi dos años la Comisión de asuntos sociales de la Asamblea Nacional recogió proposiciones sobre la nueva ley del trabajo, material que sirve de base para la consulta que se desarrolla en la actualidad.

Los temas más importantes para la nueva ley

Desde el punto de vista del movimiento de trabajadores los temas principales para incorporar a la nueva ley del trabajo son:
1) Retroactividad de las prestaciones sociales, concepto suficientemente discutido y al cual el Presidente Chávez se refirió el día de la fundación de la Central Bolivariana Socialista de Trabajadores.
2) Objeto del trabajo. La nueva ley debe contener la importancia del trabajo para la dignificación del trabajador, la productividad de los centros de trabajo y el beneficio para todo el pueblo. Esta nueva ley debe ser el instrumento más importante para la transición del modelo de producción capitalista, hacia un modelo de producción socialista.
3) Estabilidad plena. En los últimos años, el Presidente Chávez ha recurrido a los decretos de inamovilidad laboral para impedir que los patronos inescrupulosos jueguen con las necesidades de los trabajadores, con los despidos masivos y la rotación del personal, creando inestabilidad política y angustia en la masa laboral. La nueva ley debe incorporar la inversión de la carga de la prueba. En la ley actual, el patrono despide al obrero y es este el que tiene que recurrir a los organismos competentes a demostrar su inocencia. Se propone que sea el patrón a quien le corresponda demostrar ante las instancia del Ministerio del Trabajo que un trabajador incumplió con sus obligaciones y solo después de demostrado pueda ser objeto de la sanción del despido.
4) Sanciones a los patronos. En la actual ley, las sanciones a los capitalistas, por no cumplir con las órdenes de reenganche, o por incumplimiento de la libertad sindical, contratación colectiva y condiciones de trabajo son irrisorias, la máxima pena es de 4 salarios mínimos, sanción que utilizan los patronos para burlarse de la decisiones del Ministerio del Trabajo. Aquí debe aprobarse sanciones contundentes a los incumplimientos patronales a las reglas establecidas.
5) Tercerización. Se ha hecho común, que la empresas privadas y estatales recurran a la contratación de otras empresas para atender sus necesidades de producción y servicios. Esta práctica divide a los trabajadores en dos grupos; los que son fijos de la empresa y gozan de los beneficios de la contratación colectiva y los tercerizados que están a merced de sus patronos y son excluidos de los derechos laborales. Esta metodología es usada para burlar los pocos derechos laborales que están en la actual ley y para profundizar más la explotación. En la nueva ley debe quedar abolida la tercerización en los procesos productivos y de servicios.
6) Campesinos y pescadores. Un nuevo capítulo debe contener esta nueva ley del trabajo que amplié la cobertura y protección a este sector de la población trabajadora.
7) Reducción de la jornada laboral. Es aspiración del movimiento laboral venezolano y del mundo, la reducción progresiva del tiempo dedicado al trabajo. Sobre esta materia hay varias propuestas. La consulta requiere mayor profundidad debido a la gran polémica que este enunciado genera.
8) Consejos de Trabajadores. Ampliar las expresiones organizativas de los trabajadores es una propuesta de diversos sectores laborales. No es la negación de la estructura sindical ni mucho menos sus sustitución. Se trata de instancias adicionales de discusión, formación política, contraloría social, de corresponsabilidad en los objetivos de la producción, entre otras. Deberá estar presente en la nueva ley con el objeto de profundizar la democracia y la participación.
9) Peso legal del MPPTSS. En la actual ley, el Ministerio del Trabajo tiene poco peso para hacer cumplir con las resoluciones que el mismo dicta. Por tal motivo se hace indispensable, para que una nueva ley del trabajo cumpla los cometidos que aquí describimos, que se le dé el rango de importancia que una instancia como esta, que regirá la transición hacia la sociedad socialista, tenga para resolver con los incumplimientos patronales.
10) Las empresas sociales. Todo un capítulo de esta ley a promulgarse el próximo 1º de mayo, debe referirse a las empresas sociales: estadales, mixta (estado – privado) mixta (estado – trabajadores – comunidades) Para definir sus condiciones particulares. Entre las principales condiciones señalamos: a) participación de los trabajadores en la dirección de las empresas, b) participación de la comunidad organizada con propuesta y evaluación de los objetivo de las empresas sociales, c) empresas en función de atender las necesidades del pueblo y d) empresas que no operaran con el sistema de ganancias capitalista.
Estas son las principales temas que hasta ahora se discute en los sindicatos. Los grupos de obreros que tengan nuevas ideas o quisieran ampliar aspectos de los aquí enunciados, deben dar su discusión, redactar sus aportes y hacerlos llegar a la Central Bolivariana Socialista de Trabajadores del Campo, la Ciudad y la Pesca.
Vamos pues, es hora de participar, de comprometerse y de organizarse para defender la leyes de la clase obrera.


Leonardo Caraballo Bolívar
Tomado del periódico revolucionario VENceremos de los Valles del Tuy

domingo, 5 de febrero de 2012

Declaración de la Asamblea de movimientos sociales, Porto Alegre (RS), Brasil



     Nosotros, pueblos de todos los continentes, reunidos en la Asamblea de movimientos sociales durante el Foro Social temático Crisis capitalista, Justicia social y ambiental,  luchamos contra las causas de una crisis sistémica que se expresa en una crisis  económica, financiera,  política, alimentaria y ambiental, colocando en riesgo la propia sobrevivencia de la humanidad. La descolonización de los pueblos oprimidos y el enfrentamiento al imperialismo es el principal desafío de los movimientos sociales de todo el mundo.
     En este espacio nos reunimos desde nuestra diversidad, para construir juntos agendas y acciones comunes contra el capitalismo, el patriarcado, el racismo y todo tipo de discriminación y explotación. Por eso, reafirmamos nuestros ejes comunes de lucha, adoptados en nuestra Asamblea en Dakar, en 2011.

Lucha contra las transnacionales

Lucha por la justicia climática y por la soberanía alimentaria

Lucha por la eliminación de la violencia a la mujer

Lucha por la paz, contra la guerra, el colonialismo, las ocupaciones y la militarización de nuestros territorios

     Los pueblos de todo el mundo sufren hoy los efectos del agravamiento de una profunda crisis del capitalismo, en la cual sus agentes (bancos, transnacionales, conglomerados mediáticos, instituciones internacionales y gobiernos a su servicio) buscan potenciar sus beneficios a costa de una política intervencionista y neocolonialista. Guerras, ocupaciones militares, tratados neoliberales de libre comercio y “medidas de austeridad” expresadas en paquetes económicos que privatizan bienes, rebajan salarios, reducen derechos, multiplican el desempleo y explotan recursos naturales. Estas políticas afectan con intensidad a los países más ricos del Norte, aumentan las migraciones, los desplazamientos forzados, los desalojos, el endeudamiento, y las desigualdades sociales.
     La lógica excluyente de este modelo sirve solamente para enriquecer a una pequeña élite, tanto en los países del Norte como en los del Sur, en detrimento de la gran mayoría de la población. La defensa de la soberanía y la autodeterminación de los pueblos, la justicia económica, ambiental y de género, son la llave para el enfrentamiento y la superación de la crisis, fortaleciendo el protagonismo de un Estado libre de las corporaciones y al servicio de los pueblos.
     El calentamiento global es el resultado del sistema capitalista de producción distribución y consumo. Las transnacionales, las instituciones financieras, los gobiernos y organismos internacionales a su servicio, no quieren reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero. Ahora intentan imponernos la “economía verde” como solución para la crisis ambiental y alimentaria, lo que además de agravar el problema, resulta en la mercantilización, privatización y financiarización de la vida. Rechazamos todas las falsas soluciones para esas crisis, como los agro-combustibles transgénicos, la geo-ingeniería y los mercados de carbono, que son nuevos disfraces del sistema.
     La realización de Río+20, en el mes de junio en Río de Janeiro, pasados 20 años de la Eco ’92, refuerza la centralidad de la lucha por justicia ambiental en oposición al modelo de desarrollo capitalista. El intento de “enverdecimiento” del capitalismo, acompañado por la imposición de nuevos instrumentos de la “economía verde”, es una alerta para que los movimientos sociales reforcemos la resistencia y asumamos el protagonismo en la construcción de verdaderas alternativas a la crisis.
     Denunciamos la violencia contra la mujer ejercida regularmente como herramienta de control de sus vidas y sus cuerpos. Además,  el aumento de la explotación de su trabajo para atenuar los impactos de la crisis y mantener el margen de ganancia constante de las empresas. Luchamos contra el tráfico de mujeres y de niños, las relaciones forzadas y el prejuicio racial. Defendemos la diversidad sexual, el derecho a la autodeterminación de género y luchamos contra la homofobia y la violencia sexista.
     Las potencias imperialistas utilizan bases militares extranjeras para fomentar conflictos, controlar y saquear los recursos naturales y promover dictaduras en varios países. Denunciamos el falso discurso en defensa de los derechos humanos, que muchas veces justifica las ocupaciones militares. Nos manifestamos contra la permanente violación de los derechos humanos y democráticos en Honduras, especialmente en el Bajo Aguán, el asesinato de sindicalistas y luchadores sociales en Colombia y el criminal bloqueo a Cuba que completa 50 años. Luchamos por la liberación de los 5 cubanos presos ilegalmente en los Estados Unidos, la ocupación ilegal de las Islas Malvinas por Inglaterra, las torturas y las ocupaciones militares promovidas por los Estados Unidos y la OTAN en Libia y Afganistán. Denunciamos el proceso de neo-colonización y militarización que vive el continente africano y la presencia de la Africom. Nuestra lucha es también por la eliminación de todas las armas nucleares y contra la OTAN.
     Expresamos nuestra solidaridad con las luchas de los pueblos del mundo contra la lógica depredadora y neocolonial de las industrias extractivas y mineras transnacionales, en particular, con la lucha del pueblo de Famatina en Argentina, y denunciamos la criminalización de los movimientos sociales.
     El capitalismo destruyó la vida de las personas. Por eso, cada día nacen múltiples luchas por justicia social para eliminar los efectos dejados por el colonialismo y para que todos y todas tengamos una calidad de vida digna. Cada una de estas luchas implica una batalla de ideas que hace imprescindible acciones por la democratización de los medios de comunicación, controlados hoy por grandes conglomerados, y contra el control privado de la propiedad intelectual. Al mismo tiempo exige el desarrollo de una comunicación independiente que acompañe estratégicamente nuestros procesos.
     Comprometidos con nuestras luchas históricas, defendemos el trabajo decente y la reforma agraria como único camino para impulsar la economía familiar, campesina e indígena, y un paso central para alcanzar la soberanía alimentaria y la justicia ambiental. Reafirmamos nuestro compromiso con la lucha por la reforma urbana como instrumento fundamental en la construcción de ciudades justas y con espacios participativos y democráticos. Defendemos la construcción de otra integración, fundamentada en la lógica de la solidaridad, y el fortalecimiento de procesos como la UNASUR y la ALBA.
     La lucha por el fortalecimiento de la educación, ciencia y tecnologías públicas al servicio de los pueblos, así como la defensa de los saberes tradicionales, se vuelven urgentes una vez que persiste su mercantilización y privatización. Manifestamos nuestra solidaridad y apoyo a los estudiantes chilenos, colombianos portorriqueños y de todo el mundo, que continúan en marcha en la defensa de estos bienes comunes.
     Afirmamos que los pueblos no deben continuar pagando por esta crisis y que no hay salida dentro del sistema capitalista!
     Se encuentran en la agenda grandes desafíos que exigen que articulemos nuestras luchas y que movilicemos masivamente.
     Inspirados en la historia de nuestras luchas y en la fuerza renovadora de movimientos como la Primavera Árabe, Ocuppy Wall Street, los indignados y la lucha de los estudiantes chilenos, la Asamblea de los Movimientos Sociales convoca a las fuerzas y actores populares de todos los países a desarrollar acciones de movilización coordinadas a nivel mundial. Debemos contribuir a la emancipación y auto-determinación de nuestros pueblos, reforzando la lucha contra el capitalismo.
     Convocamos a todas y todos a fortalecer el Encuentro internacional de derechos humanos en Solidaridad con Honduras y a construir el Foro social Palestina Libre, reforzando el Movimiento global de boicot, desinversiones y sanciones contra el Estado de Israel y su política de apartheid contra el pueblo palestino.
     Tomemos las calles a partir del día 5 de junio en una gran jornada de movilización global contra el capitalismo. Convocamos a impulsar la Cumbre de los Pueblos por justicia social y ambiental, contra la mercantilización de la vida y en defensa de los bienes comunes, frente a la Rio+20.

¡Si el presente es de lucha el futuro es nuestro!