viernes, 5 de agosto de 2011

Crisis que generan crisis

De esto se ha escrito y comentado mucho, pero nunca es suficiente mientras no se asuman los dilemas que el futuro nos depara, producto de las distintas problemáticas o crisis que hoy se prefiguran o que están en pleno desarrollo, como una larga tormenta que nunca amaina y en los peores casos se ramifica.
Actualmente podemos identificar cuatro o cinco grandes crisis, todas subsidiarias de la gran crisis económica que durante décadas asola a la humanidad: crisis alimentaria, ambiental, energética, y la crisis política, que genera -y al mismo tiempo es consecuencia- de todas las crisis.
En algunas coyunturas una sobresale, como la alimentaria, que es una constante acumulativa en el tiempo, y en momentos como los actuales dos o tres de ellas y hasta cuatro crisis se exacerban, evidenciando día a día el fracaso del modelo económico que las determina. Es muy extenso detallar cada crisis, pero en todo caso más que una disertación académica, en política la evidencia empírica siempre que sea comúnmente asumida es suficiente para avanzar.
La hambruna que terriblemente acicatea y tortura a África del Este, es una verdad estentórea que debiera ensordecer al mundo, mientras cínicamente se desperdician miles de millones de dólares en invasiones y ocupaciones imperialistas, así como en agredir y controlar naciones. Pareciera una regla empírica fácil de elaborar: mientras más se gasta en belicismo, más hambre hay en el mundo.
El desastre climático que las emisiones de gases invernadero generan, sólo pueden ser resueltos con una gran inversión de recursos, que no se tienen o se desvían para otros fines, como salvar banqueros y empresarios irresponsables o para pagar deudas externas y eternas a la banca privada internacional, al Banco Mundial o al FMI. Y este desastre climático afecta la productividad agrícola, que afecta a su vez la posibilidad de generar recursos o que se pueda paliar el hambre en el mundo. Lo que evidencia que estas crisis se articulan en relaciones multidireccionales, que se retroalimentan entre ellas. Por lo que sus soluciones no son sencillas ni enmarcadas en sus entornos. Ameritan un planteamiento global que trastoca fundamentalmente al modo de producción capitalista.
Ninguna solución es sencilla, pero ninguna será posible en los estrechos márgenes del capitalismo… aunque invadan todas las naciones con recursos estratégicos.


Diputado José Ramón Rivero
joseramonrivero@psuv.org.ve