¡HASTA LUEGO, COMANDANTE!
Hoy, 5 de marzo, se nos fue fisicamente este insigne trabajador y líder fundamental de la gloriosa Revolución Bolivariana, nuestro Comandante Presidente Hugo Rafael Chávez Frías.
Fue el 4 de febrero de 1992 cuando Venezuela despertó con un ¡POR AHORA! y desde ese momento supo que estaba frente al hombre que encarnaba la esperanza de una Patria mas justa y equitativa, estaba frente a la esperanza de dejar atrás tanta injusticia y tanto engaño, era la esperanza de los oprimidos y de los excluidos de siempre. De la Rebelión a la prisión por 2 años y luego a la libertad. Pero no se quedó disfrutando de su retiro de la vida militar. Salió a recorrer a Venezuela palmo a palmo llevando un mensaje sobre la necesidad urgente de refundar la República para que estuviera no al servicio de élites nacionales y de intereses transnacionales, sino al servicio de una población que por años había sido engañada y que estaba sumida en el más absoluto abandono, en la miseria y la desesperanza. Ese mensaje caló en la población y en 1998 gana las elecciones. En 1999 se promulga una nueva Constitución propiciada por él y luego comienzan varios períodos de gobierno que se prolongarán por poco más de 13 años, siempre ajustados a los dictámenes de la Carta Magna. Pero que duros fueron esos períodos, principalmente el comprendido entre el 2000 y el 2004 cuando sorteó un golpe de Estado con intento de magnicidio, un paro petrolero, guarimbas y toda una gama de acciones desestabilizadoras. El resto, estuvo siempre sometido a conspiraciones internas y externas. Definitivamente y al igual que el Libertador, fue el hombre de las dificultades. Pero en la medida que iba derrotando al inmoral imperio norteamericano, al poder mediático, a la oligarquía apátrida venezolana y a cuanto enemigo interno y externo de Venezuela encontraba, en esa misma medida iba desarrollando políticas orientadas a mejorar la calidad de vida de la población, a incluir a los excluidos, a dar educación, salud, viviendas; a darle mayor oparticipación a la mujer en el quehacer de la vida nacional, a dignificar la tercera edad, a dignificar a los pueblos indígenas, a practicar la solidaridad internacional, la integración latinoamericana y a inculcarnos el perdido sentimiento de Patria. El Comandante Presidente era una fuente inagotable de amor por el prójimo y por la Patria y de allí su prédica constante de pedirle a sus colaboradores la solución inmediata a los innumerables problemas que confrontan nuestras comunidades. Los mayores sueños del Comandante fueron la construcción de la Patria Socialista donde reine la paz y la justicia social, donde sean el hombre y la mujer el centro de todas las cosas y no el elemento
material ; así como también la de convertir a Venezuela en una potencia, no por su extensión territorial sino por la grandeza de su población. Y en esa búsqueda de la justicia social, el 30 de abril de 2012 promulga la novísima Ley del Trabajo de los Trabajadores y las Trabajadoras que se constituyó en un referente a nivel mundial en la dignificación de las relaciones laborales.
Pero el Comandante sa ha ido, se ha ido el redentor de los pobres; pero nos dejó un legado. Su sueño de la construcción de una sociedad Socialista nos da fuerza para seguir adelante. El Comandante tenía mucho que dar todavía pero no pudo ganar la batalla final. Pero aquí estamos los trabajadores y las trabajadoras para cristalizar sus sueños. Daremos, como bien lo dijo, todo nuestro apoyo a nuestro líder sindical Nicolás Maduro. Mantendremos la unidad y la disciplina como Nación para salir victoriosos en las batallas que se avecinan. Solo unidos lograremos la paz, la independencia y la soberanía.
¡Hasta luego, Comandante!. Gracias por proporcionarnos tanto amor en su efímero paso terrenal. Ud. se convertirá en la semilla que serrvirá de abono fértil para el hombre y la mujer que aman la justicia y la paz. Descanse en paz que nosotros seguiremos en lucha para alcanzar un mundo mejor. Se lo prometemos, Comandante.
INDEPENDENCIA Y PATRIA SOCIALISTA. EL COMANDANTE VIVIRÁ POR SIEMPRE!
¡DESCANSA EN PAZ, REDENTOR DE LOS MÁS HUMILDES, DE LOS QUE CLAMAN JUSTICIA!
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